Los nueve italianos | Revista Panenka
Los diez italianos llegaron a Uruapan en 1930, cuando tu abuelo fundó la fábrica de chocolate. Emocionado por el nacionalismo de la época la bautizó “Chocolatera Moctezuma”, en honor al emperador azteca que bebía como veinte tazas de cacao al día. Pero ahí se le agotó el nacionalismo porque la maquinaria y los ingenieros que vinieron a instalarla ya no fueron mexicanos sino italianos. Los recuerdo bien: cabello engominado y dedos ensortijados. Algo que nunca había visto en los hombres. Al menos en los de aquí. Entraron a la fábrica para instalar las máquinas. Giraban alrededor, frotaban su barbilla, cambiaban de postura. Una coreografía. No tenían idea o les interesaba otra cosa. Porque por la mañana se ajustaron las gafas para observar la calidad del acero, pero por la noche se las ajustaron para ver más cerca a las uruapenses. Y no hubo forma de recuperar su atención…